No hay sitio para los ‘bordes’ en mi empresa. Actitud Positiva.

Written by on 25 septiembre, 2012

El estereotipo de los bordes es:

  • Mala cara en cualquier momento del día
  • Malas contestaciones
  • Gruñidos
  • Negatividad
  • Siempre pone pegas a todos
  • No colabora
  • Nunca coge el teléfono
  • Siempre se queja
  • Amarga el entorno y perjudica el ambiente de trabajo
  • Busca el escaqueo y vaguear
  • Piensa egoístamente

Creen que con este comportamiento se libran de una mayor carga laboral, pero su actitud puede volverse en su contra y encontrarse con un cambio de puesto o, incluso, con el despido, ahora que está tan barato.

Las responsabilidades que eluden son asumidas por otros miembros del equipo más motivados y preocupados por hacer bien su trabajo. En la era de la abundancia, podían pasar desapercibidos; sin embargo, en estos momentos en los que es necesario hacer más con menos las consecuencias son mucho más nocivas, desde el contagio al enfrentamiento y el conflicto. De ahí la imperiosa necesidad de atajar este comportamiento. Y son los responsables del equipo, jefes ó mandos intermedios quienes deben hacerlo.

Si tienes que corregir a alguien así en tu equipo, te propongo 5 pasos:

  1. Dar la justa importancia al asunto
  2. Buscar la raíz del problema (el por qué) que está causando esa actitud
  3. Reconocer la aceptación del trabajador
  4. Buscar su compromiso de actuación
  5. Mantener un un seguimiento”.

Si después de tratar este asunto esa persona sigue actuando igual lo mejor es cambiarle de puesto a uno igual ó más exigente, explicándole el porqué del cambio. Si después de todo no cambia, seremos directos con él y debemos prescindir de sus servicios por el bien del grupo.

Arancha Bustillo, escritora del artículo que ha inspirado este post, comenta que dentro del ecosistema ó selva de las empresas, hay las siguientes especies:

El trepa. Su meta es llegar a lo más alto, caiga quien caiga. De lengua bien entrenada.

El relaciones públicas. Organiza reuniones fuera de la oficina. Fiestero y bonachón. Don de gentes.

El pelota. Inseguro. Suele adular a los que pueden decidir su futuro. A veces suele ser también trepa.

El mudito. Introvertido. No suele ofrecer su opinión si no es necesario. Y a veces sus opiniones son las mejores.

El ‘sabelotodo’. Siempre quiere quedar por encima de los demás aparentando que es instruido. Wikipediamán.

El mandón. Piensa que su forma de hacer las cosas es la adecuada y no tiene en cuenta a los demás. Autoritario.

El medallista. Intentará apropiarse de los méritos colectivos.

El que nunca tiene la culpa. Se escuda en los demás y no duda en echar la culpa a sus compañeros.

El que quiere hacerlo todo. No conoce sus límites y acumula más trabajo del que puede abarcar. Nunca dice no. No sabe decirlo.

El feliz. Agradable con los demás. Está contento con su puesto. Positividad al poder.

El gruñón. Arisco. En ocasiones esconde una actitud vulnerable.

El agobiado. No sabe manejar el tiempo ni su estrés. Resopla mucho.

El despreocupado. Está poco preparado para situaciones que requieren mayor dedicación. Hace todo a última hora.

El hipocondríaco. No se maneja bien en situaciones de estrés ni de frustración y adjudica el problema a una zona de su cuerpo.

El seductor. Utiliza a los demás para ahorrarse tareas incómodas. Lo hace de manera sutil. Gigolóman.

Y tu,…. ¿cuál de todos eres?

 

 


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