Ha pasado más de un mes (un mes y un día para ser exactos) desde el primer TEDxGijón. Tuve el gran honor y privilegio de ser uno de los 100 selectos invitados al evento. Fui por un día, uno más en la familia TED.
TED, como bien explicó Antonella Broglia en su speech inaugural, es una organización sin ánimo de lucro en el que algunos de los pensadores y emprendedores más importantes del mundo están invitados a compartir lo que más les apasiona. Las siglas TED significan Tecnología, Entretenimiento y Diseño, tres áreas que en conjunto están constituyendo nuestro futuro. Cambiar el mundo a través de las ideas. Construir el futuro a partir del talento.
Entre las conferencias que pudimos escuchar, me quedo con estas pinceladas que, con el paso de las semanas, siguen presentes y activas entre mis sinapsis:
- Fernando Alberca con su modo de explicar la desafección a la educación convencional de la juventud hoy
- Luis Iván Cuende a explicar que emprender sin pensar en monetizar no tiene sentido
- Xarles González con su sonrisa perenne y su teoría del agua
- Marta Malé a la que sólo le faltó imprimir «guajes»
- María Martín que nos enseñó que no hace falta perder nada para darse cuenta de lo mucho que tenemos
- Desirée Matas ilustrando con qué animal comenzó todo
- Ramón Rubio enseñando la humildad de un organizador brillante
- Marián García haciéndonos sentir las emociones y la espontaneidad de la presentación
- Unos voluntarios con un excelente trabajo en la sombra. Bravo.
- Una semilla plantada a la que no le faltó el agua en su primer día de vida
- Y un público entregado que quedó con ganas de más.
En el TED de Gijon pudimos ver una Asturias colaborativa, innovadora y con iniciativa. Con ganas de juntarse para hacer cosas. Con ganas de reinventar nuestro futuro. Con ganas de conocer a gente con las mismas inquietudes. Un germen dentro de un ecosistema en ebullición.
Gracias a todos. Un mes y un día después.