Mamá, quiero ser político

Written by on 14 mayo, 2013

Si un buen día va tu niño/a y te dice: «Mamá, quiero ser político» … Imagínate la cara de esa pobre madre.

politicaCon la que está cayendo sobre (nunca mejor dicho lo de «sobre») la política española (y mundial), esa profesión se encuentra a la altura del barro en el ranking hipotético de profesiones despreciadas.

A menudo se escucha a la gente decir frases peyorativas como: «No me dedico al politiqueo, sólo hago mi trabajo», «para ascender aquí hay que jugar a política», «hace falta ser demasiado políticamente correcto», y otras frases pronunciadas con cierto resquemor y rechazo a todo lo que suene a política.

Aunque lo que sucede es que el hablante puede que se sienta en desventaja en la competencia profesional con los demás y racionaliza su incapacidad para entenderse con los ocupantes del liderazgo empresarial condenando «la política» como el mal supremo y una actividad despreciable por debajo de sus estándares morales.

Reflejan a todas luces una visión inocente y sesgada de las culturas de trabajo y las dinámicas organizativas.

La persona que no valora la política organizativa no suele comprender que todos los días participamos en un contexto político, lo queramos o no. Vivimos en una sociedad llena de política. No podemos vivir ajenos a su juego. Si aun así quieres «no jugar», resultarás incompetente.

La política de la empresa se puede definir como un conjunto de interacciones por el que las personas buscamos influir unos entre otros, abriendo una gama de estrategias de conducta para prosperar. Si lo haces con honestidad y honor, estás jugando a hacer política positiva.

Conocer el juego de roles ó role-playing en las organizaciones nos ayudará a crecer y adscribirnos a la filosofía de la empresa, alinearnos con la misión, visión y valores de la misma, optimizando nuestros recursos para buscar los mismos objetivos que la compañía para la que trabajamos.

Conocer las idiosincrasias del «cliente interno» y saber cómo convencerlo es tema tan importante como enamorar, conseguir y retener a los «clientes externos». Eso es política.

Eso no quiere decir que no podamos ser transgresores, disruptivos ó saltarnos los estándares establecidos dentro de las organizaciones. Pero incluso para esto necesitas conocer cómo es la política de tu empresa, para saber sus puntos flacos y dónde instalar tu propio caballo de Troya.

En un interesante libro, titulado Personal power is Knowing what you want, getting what you want, se listan 10 directrices y características específicas de la política positiva. El autor indica:

  1. Haced algo bien, que os reconozcan como eficaces
  2. Formad alianzas y mantenedlas al día con regularidad
  3. Conseguid visibilidad
  4. Conseguid que os reconozcan vuestros méritos
  5. Aliviad el dolor siempre que sea posible
  6. Contribuid al plan general ó al bien común
  7. No paréis de desarrollaros
  8. Tened un plan para vuestros progresos en la organización
  9. Tened alternativas para vuestro trabajo, sobre todo en los buenos tiempos
  10. Siempre hay que saber cuándo marcharse

¿Estás de acuerdo con estos 10 mandamientos de la política positiva? ¿Por qué no tratas de incorporarlo a tu lista de cosas que debes hacer todos los días?

Por tanto, la próxima vez que quieras convencer a alguien de algo, piensa si no estarás utilizando la política. Y si tu hijo te pide ser político, ya lo podrás mirar de otra manera.



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