A veces nos encargamos de llamar de maneras nuevas a cosas viejas. Y a veces usamos anglicismos para ello. Este puede ser un caso más.
El remarketing ha existido siempre, en muchas facetas de nuestra vida. Literalmente remarketing significa «volver a hacer a marketing», es decir, dar una nueva oportunidad a productos que quizá no se hayan vendido en una primera campaña. Cuando un producto no se puede vender en unas determinadas condiciones, éste se vuelve a poner en el mercado con unas nuevas condiciones (precio, formato etc.) para reactivar su demanda.
Outlets, rebajas, descatalogados, desembalajes, productos con defecto ó tara, … los ejemplos pueden ser infinitos: Productos sin embalaje original a menor coste, productos de exposición, etc.
Desde hace bien poco, Google ha vuelto a poner de moda este concepto, pero a través de un nuevo significado. Hoy intentamos enamorar a nuestros clientes potenciales ofreciéndoles información de productos que ya han buscado previamente, mostrándoles publicidad recurrente e insistente. Esto es lo que se conoce como comunmente como retargeting o behavioral retargeting y que Google se ha encargado de rebautizar como remarketing a través de su red de display de anuncios Google Adwords.
Amazon y otras tiendas online ya usaban esta técnica, al memorizar y almacenar en su CRM información sobre qué productos te gustaban, cuales visitabas, y cuales se compran en relación con qué producto. Nos suenan frases como «Quien ha comprado X también ha comprado Y», ó «productos relacionados con X».
La información es poder, y como dice Alejandro Suarez en su libro «Desnudando a Google», hoy Google lo sabe todo de nosotros, a través de su política controvertida de cookies y toda la información que almacena de nosotros. Puede preveer y anticiparse a nuestros gustos, porque sabe qué productos visitamos, qué webs, a qué horas, qué nos gusta, qué recomendamos y sobre qué escribimos.
Cuando un internauta ha visitado la página web de una empresa, dicha compañía puede, posteriormente, mostrar al usuario anuncios sobre sus productos y servicios mientras éste navega por la Red de Contenido de Google. Con esto se consigue que el internauta reciba publicidad más relacionada con sus intereses y que la empresa aumente su presencia y reconocimiento de marca en la red, al tiempo que genera clics y ventas.
Como siempre dice Bassat: «Si un amigo te pregunta si has visto una película para recomendártela, y tu le dices que no, y al día siguiente te vuelve a preguntar y le sigues diciendo que no, y al día siguiente lo mismo, terminarás cansándote.
En cambio, si quien te lo pregunta son tres personas diferentes -tu amigo, tu pareja y un compañero de trabajo- el efecto posiblemente sea que finalmente termines viendo la película»
Eso es remarketing. Bienvenidos a la nueva era de la publicidad.
