Si Mandela levantara la cabeza

Written by on 16 diciembre, 2013

apple mandelaSi Mandela levantara la cabeza hubiera visto situaciones insólitas en su funeral y después de él. Cosas antes nunca vistas. Algunas curiosas, emocionantes y otras realmente reprochables.

Tras 27 años en prisión, sufriendo unas condiciones precarias, ser el símbolo del apartheid, ser el primer presidente negro de Sudáfrica, recibir 50 títulos honoris causa en diversas universidades por todo el mundo, Nobel de la Paz, Premio Príncipe de Asturias, … Ahora tras su fallecimiento hemos podido descubrir cosas que antes nunca se habían contado ni preguntado sobre Nelson Mandela.

Por ejemplo, gracias a un discurso en su funeral, hemos descubierto que entre sus aficiones estaba el boxeo. Una curiosa afición para un líder pacifista.

También hemos conocido que gestionó magistralmente su potencial mediático y fue un gran gestor económico. A su nombre hay 66 marcas registradas entre «Mandela», «Madiba» y «Nelson Mandela», con derechos sobre joyería, sellos, mobiliario, servicios financieros o ropa. Es la segunda marca más conocida después de Coca-Cola según el diario ABC y su número de preso, el 46664, figura hasta en una línea textil. Su fortuna está valorada en 16 millones de dólares.

El emporio Mandela tiene actualmente unas 110 empresas activas y una fortuna repartida en 24 fondos familiares. Su hija Makaziwe forma parte del consejo de 16 corporaciones, entre las que se encuentra el gigante suizo de la alimentación Nestlé.

Pasó de ser considerado un terrorista para los Estados Unidos a ser la única ocasión en que se coloque la bandera a media asta en este país por el fallecimiento de un ex-jefe de estado, así como ser un ejemplo inspirador para el actual presidente americano, quien incluso lo emuló en una visita a la cárcel donde estuvo preso en Robben Island.

Mandela dirigía un grupo independiente de eminentes líderes mundiales denominado «The Elders», que ofrecen su influencia colectiva y experiencia para apoyar la consolidación de la paz, ayudar a solucionar las principales causas de sufrimiento humano y promover los intereses comunes de la humanidad. Están financiados por Richard Branson, y con claras vinculaciones masónicas.

Si Mandela levantara la cabeza vería que su funeral es de record. Mandatarios reunidos, celebrities de diversas nacionalidades y sectores, convirtiéndose en todo una celebración que durará nada más y nada menos que unos 12 días.

Si Mandela levantara la cabeza, vería a Raúl Castro dando la mano y hablando distendidamente con Obama.

Vería a Francois Hollande sentado al lado de Sarkozy. Vería a un impostor y falso intérprete de lengua de signos «traduciendo» los discursos en un ininteligible idioma gestual, saltándose todos los protocolos de seguridad y control.

Vería como Apple dedicaba su página web de inicio a honrarle. Apple eliminó por completo todas las promociones de sus productos en su página web  y las reemplazó con un emotivo homenaje a la vida de Nelson Mandela. Ésto sólo ha sucedido unas pocas veces.

Si Mandela levantara la cabeza, escucharía a Mariano Rajoy unas poco afortunadas declaraciones: «He visto algunas imágenes de televisión aquí en el hotel, y realmente es impresionante. Este estadio de fútbol en el que se va a despedir a Mandela pues es el estadio donde España además se proclamó campeon del mundo en su día frente a Holanda de fútbol, ¿no? Con lo cual pues es realmente un momento muy bonito y muy emocionante, y es uno de los lugares más emblemáticos por estas razones de Sudáfrica y lo será más en el futuro después del acto de hoy.» Sin comentarios.

selfie obama cameron mandelaSi Mandela levantara la cabeza, vería a Obama, David Cameron y Helle Thorning Schmidt, primera ministra de Dinamarca, haciéndose fotos estilo «selfie», carantoñas y pasándoselo tan bien que se olvidaban que estaban en un funeral. Michelle Obama, entre celosa y responsable, puso orden entre el curioso «Ménage à trois».

Si Mandela levantase la cabeza, vería como el Dalai Lama patalea por sus antiguas rencillas y evita acudir al funeral, diciendo que «logísticamente es muy complicado».

También Mandela se lo pasaría genial si leyera el post que le ha dedicado Sara Carbonero, al decir frases como «el que nos ha dejado es más que un grande, como me gusta decir, es enorme», y pocas líneas después pasara a decir «este  fin de semana de la muerte de Mandela hemos pintado la habitación del bebé junto a mi prima y amiga Marina Vaquero». Y para finalizar «aquí vemos los bailes y festejos con los que han despedido a Mandela, porque, como decía Shakira ‘ esto es África'»).

También se lo pasaría de rechupete al saber lo que dijo el primer ministro checho Jiri Rusnok. En una conversación privada, Rusnok se quejó el viernes ante el ministro de Defensa Vlastimil Picek que temía que él tendría que viajar a Sudáfrica en representación del presidente ya que se encuentra recuperándose de una lesión de una rodilla y no es seguro que pueda viajar.

Ambos funcionarios estaban en el parlamento, pero el primer ministro checo no se dio cuenta de que los micros estaban encendidos y les estaban grabando. En la conversación Rusnok decía que Sudáfrica estaba muy lejos y que no sabía ni que vuelo tendría que coger. Además, aludía a otros planes para ese día (el funeral será el día 15 de diciembre), un almuerzo y una cena, para terminar con un “me temo que tendré que ir yo”.

Si Mandela levantara la cabeza leería el tweet de Paris Hilton confundiéndole con Martin Luther King: «RIP Nelson Mandela. Tu discurso de “Yo tengo un sueño” fue tan inspirador. Un hombre maravilloso”. 

Se partiría el pecho leyendo el twitter de Javi Jimenez, el portero del Levante, diciendo:  «Lamento la irreparable pérdida del luchador Nelson Mandela, sin lugar a dudas uno de los más grandes actores que ha dado Hollywood. Q.D.E.P.»

También se hizo un lío el jugador del Real Madrid Jesé Rodríguez, que envió «mi más sentido pésame a una gran persona como fue Nelson Mandela», en lugar de a sus familiares o allegados.

En definitiva, si Mandela levantara la cabeza, seguro que se echaría unas risas. Nos deja una persona llena de energía, vitalidad y con capacidad de dirigir una buena causa. Nos deja un icono. Un referente. Un líder que siempre tenía una sonrisa en su rostro. Pese a las adversidades, las crisis, la oposición y las dificultades. Un ejemplo a seguir.



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