Hace unos días un amigo (un interesante descubrimiento reciente, un empresario de éxito que me duplica la edad pero de mentalidad fresca, innovadora y dinámica como pocos) me regaló un libro de Jacques Attali. Lleva por tema «Breve historia del futuro» y ya lo estoy devorando entre aeropuertos y salas de espera.
Es un libro de 2006, en el que el visionario escritor hace un análisis esclarecedor de los «corazones» y motores de la sociedad, actual y futura. Estos «corazones» son ciudades, con potencial socioeconómico y demográfico capaces de cambiar el mundo.
Sorprendente análisis que hace en sus últimas páginas sobre España, describiendo con exactitud profética el boom inmobiliario, el declive demográfico, las debilidades económicas, las carencias en industrias tecnológicas, los problemas de inmigración y la pérdida de competitividad frente a países emergentes.
Curioso, he leído el futuro en un libro de 2006.
El futuro (personal y profesional) pasa por hacer lo que te gusta en cada momento. Ser apasionado. Disfrutar y crear nuevos entornos de relaciones personales y profesionales. Construir cada momento como si fuera el único.
En estas semanas he hablado varias veces en la radio, he cerrado nuevos acuerdos comerciales con nuevos partners, he dicho que no a algunas ofertas ilusionantes y he disfrutado de cada cosa que he hecho. Soy un privilegiado. Puedo hacer lo que me gusta.
Puedo ver con nostalgia y sin envidia cómo trabajaban los baby boomers, y cómo workalcoholizaban los de la generación X. Puedo disfrutar de ver cómo los milenialistas (ese conjunto de jóvenes interactivos y emprendedores que triunfan hoy día) construyen un futuro. Y formo parte de todo. Soy un privilegiado.
Porque estoy construyendo la breve historia del futuro. De mi futuro.
